domingo, 26 de agosto de 2012

MORIR PARA VIVIR


Es una nueva historia en la que estoy trabajando aún. Pero aquí les dejo mi primer capítulo :)



PRÓLOGO 


Es noche de luna llena, una de esas noches en que las hojas se mueven de un lado a otro a causa del fuerte viento que sopla ferozmente avisando que se avecina una gran tormenta. Dos personas pueden verse a lo lejos, parados sobre unas viejas tumbas de un antiguo pueblo abandonado: una cae repentinamente al suelo, temblando, retorciéndose como si le hubiera dado un repentino infarto; la otra se encontraba de pie junto al hombre mirando sonriente cómo sus pupilas de color miel se achicaban y sus ojos se hinchaban del dolor.

— ¿Lo maté? Sí, lo hice, al fin lo hice —piensa la joven mientras de agacha para recoger un artefacto de forma circular, de color dorado que al parecer pertenecía al moribundo—. Es tu culpa, tú me enseñaste a no tener compasión por nadie, y eso te incluye a ti—Dice con un tono burlesco mientras contempla el dolor de la víctima, después voltea y comienza a caminar, dejando al hombre atrás. Pero mientras lo hacía, el moribundo pronunció unas palabras con su último aliento de vida, y un nombre que con sólo escucharlo la joven quedó paralizada a la vez que un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Ella voltea inmediatamente para verlo, él la mira con una sonrisa siniestra, ríe a carcajadas y luego muere. En ese momento un calor subió por todo el cuerpo de la joven, su semblante cambió por completo, el furor y la ira podía verse reflejada en esa mirada. Ella camina rápidamente y con pasos firmes hacia el cuerpo, se detiene junto a él y le da una fuerte patada, tratando de descargar toda su rabia.

—¡Maldito! ¡Maldito! ¡Maldito! ¡Lo pagarás bien caro en el infierno desgraciado!—Decía mientras golpeaba una y otra vez el cadáver.
—Ya déjalo—se oye una tercera voz a lo lejos―. No tiene caso que lo sigas golpeando, ya no le duele―. La silueta de un joven se va acercando a ella mientras la luz de la luna comienza a iluminar su rostro.
—Hay ya déjame en paz, no puedo siquiera tener un poco de alegría que tú vienes y lo arruinas todo como siempre.
—Bueno, alguien tiene que ser la voz de la razón aquí.
—¿Razón? ―Lo mira irónicamente― Sólo larguémonos antes de que “ellos” descubran que estoy cerca.
—Ya es tarde para eso, ellos nos están viendo ahora.
Ella camina rápidamente en dirección al norte, el joven bloquea su paso con su brazo izquierdo mientras la mira seriamente. Ella lo mira fijamente a los ojos como si estuviera leyendo sus pensamientos, ya sabiendo lo que él iba a decir.

― ¿Qué sucede?
― ¿Aún no vas a detenerte? ¿No has tenido suficiente ya?
― Sabes bien que no me detendré hasta que lo destruya.
— ¿Y si yo lo intento?
—¿Lo harás? No te será fácil, tendremos una batalla de siglos hasta que uno de los dos muera, yo ya alcancé tu nivel y lo sabes.
—Ha ha lo sé, y tampoco pensaba hacerlo, pero no podrás culparme luego de que no lo intenté.
—Lo sabía, sabía que te acobardarías ―ríe
—¿Acobardarme yo? ¿Quieres probar quién es el más fuerte de los dos?
—Ya es tarde, ya te echaste para atrás.
—Aún no es tarde, todavía no.

Las nubes comienzan a tapar la luna. El viento sopla cada vez más fuerte. Mientas tanto, los rostros de unas extrañas criaturas pueden verse escondidas tras los arbustos, sus ojos son como dos faros que brillan en la oscuridad, sus rostros eran largos y finos sus labios eran grises como el color de su piel y tenían orejas pequeñas y puntiagudas. Eran numerosos y todos tenían la vista dirigida hacia los jóvenes.

― ¿Qué tal si los matamos ahora?― dice el joven mientras desenvaina su espada larga.
― No, son demasiados, no quiero llamar la atención. Él no debe saber que estamos aquí.
― ¿Estas segura?―hace una mueca en su cara mostrando desilusión y vuelve a guardar su espada―. Qué lástima, quería jugar un poco antes de morir (ríe).
—¿Quién dijo que íbamos a morir? —Dice la joven mientras lo mira con una sonrisa esperanzadora―.
—Era broma...

Ambos continúan discutiendo mientras caminan rumbo al norte. Las primeras gotas de lluvia comienzan a caer sobre el cuerpo muerto, que luego se transforma en cenizas y desaparecen con el viento.


CAPITULO I: IKALIA

Con sólo trece años, Ikalia Dutrá era la niña más madura e inteligente de toda su clase, pero también muy tímida y reservada. Las niñas no se atrevían a acercársele y cuchicheaban a sus espaldas mientras ella pasaba a sus lados. Los niños en cambio, ni siquiera la notaban, y si alguno lo hacía la miraba con extrañeza. Aun así, a ella no parecía molestarle en absoluto. Concentraba toda su atención en los estudios y en los libros, especialmente en los de medicina avanzada, ya que tenía la intención de convertirse en la mejor doctora que el mundo haya tenido. Estaba acostumbrada a ese tipo de actitudes. Lo hicieron desde siempre, desde que ella ingresó a esa escuela a sus siete años y ya no le molestaba, sus libros eran todo lo que ella necesitaba, eran sus amigos. Durante las horas de clase, ella prestaba muy poca atención a la maestra, ella ya había leído y aprendido todo lo que la misma enseñaba en sus libros así que se pasaba todo el rato dibujando y escribiendo sentada al final del salón, lo más lejos del pizarrón para que nadie la mirase.
Ikalia acostumbraba todas las tardes después de clases quedarse en la biblioteca a leer un poco más, le gustaba quedarse sola leyendo en voz baja cada palabra del libro, como intentando memorizarla sin que nadie la esté observando mas que Marita, la señora que quedaba a cargo de la biblioteca. Pero hoy iba a hacer algo distinto. Era el cumpleaños de su hermanita menor y le había preparado una gran sorpresa, así que apenas tocó el timbre de salida, salió presurosa del aula dejando a todos sus compañeros desconcertados.
La niña corría por las veredas del centro de la ciudad con un poco de dinero en su mano. Dinero que ella había juntado con mucho esfuerzo durante todo el verano, limpiando casas, paseando perros, cuidando niños etc. Rápidamente entró en una tienda, “La tienda de Juana”, agarró una hermosa muñeca de porcelana que se encontraba en el mostrador y luego se acerca a la vendedora.

—¡Por fin!—dice la niña mientras tomaba fuerzas para respirar por la agitación de tanto correr—al fin puedo comprar el regalo que le prometí a mi hermana—mira la muñeca con una gesto sonriente, llena de satisfacción—me tomó mucho tiempo juntar el dinero.
—¡Que bueno mi niña!—contesta alegre la vendedora— Has trabajado muy duro para conseguirla, seguro se pondrá muy feliz, después de todo será su primer regalo de cumpleaños. ¿Cómo se encuentra ella?
—No muy bien—dice la niña agachando la mirada para que no se notara su tristeza―sabes que no puede salir ni siquiera al patio a jugar con migo, si lo hace su piel se daña.
—Bueno (silencio), seguro tu regalo la animará tanto que se pondrá mejor (ríe), entrégame la muñeca, te lo envolveré con el papel más hermoso que tengo.
—¡Gracias!

Ikalia caminaba presurosa hacia su hogar a la vez que observaba detenidamente la muñeca; cada detalle era sumamente hermoso. “Aria llorará de la emoción”—Pensó—; Su cuerpo de porcelana era blanco, sus ojos tenían un color café y brillaban con la luz del sol. Parecían mirarla fijamente, como si fueran reales; su vestido era como los de las princesas de los cuentos, lleno de bolados y de un color rosa claro. Su pelo era sedoso y negro, muy brillante para ser el de una simple muñeca. Mientras la observaba, ella notó que en un lado de la muñeca había un pequeño bulto. Miró debajo de su vestido y encontró un pequeñito frasco junto a una nota que decía con letras grandes: “Tómala y te dará el poder de la vida”. También tenía unas letras muy pequeñas debajo de las grandes, pero Ikalia no se molestó en leerla porque estaba muy cansada para forzar la vista.
Sin prestar mucha atención al significado de la nota, ella abre el frasco y de él se desprende un suave y dulce aroma a flores. Movida por la tentación, decide probar el contenido: tenía un sabor sabrosamente dulce y su textura era cremosa como el helado, solo que tivio en vez de frío; su color era rosa, al igual que el vestido de la muñeca. En ese mismo instante sintió que todo su cuerpo se llenaba de energía, como si no hubiera corrido nada, tenía tanta fuerza que podía correr varios kilómetros sin agitarse.

—¡Asombroso!— Dijo sorprendida— Será que… ―en ese instante recordó lo que decía la nota, abre nuevamente el papel y lo lee ― ¿El poder de la vida? ¿Qué querrá decir eso?

De repente se acordó de su hermana y cómo éste líquido podría al fin curarla de su grave enfermedad. Entonces guardó la muñeca en su mochila y aceleró su paso sin detenerse ante nada.



Ikalia vivía en las afueras de la ciudad, a varios kilómetros, en una pequeña casita de madera ubicada cerca de un bosque junto a un pequeño arroyo. A pesar de sus escasos recursos, el lugar donde vivían era de ensueño: su casa estaba rodeada de arboles altos y frondosos, y hierbas abundantes con todo tipo de tonos de verdes; los rayos del sol acostumbran pintar el cielo de naranja mientras declina en el horizonte; mientras que el agua que corre a través de las rocas por el arroyuelo del bosque produce un sonido mágico de la naturaleza, un sonido que ayuda a concentrarse, a meditar… La paz y tranquilidad que podía sentirse en el ambiente no la cambiaría por todo el dinero del mundo.
Su padre Jhon pasaba horas fuera de la casa recolectando leña para vendérselas a los comerciantes mientras que su madre Lilia se quedaba en casa cuidando de sus dos hijas, de los animales y la huerta.
Como de costumbre, Ikalia entra presurosa a su casa llevando por delante todo lo que había a su paso. Hasta Grisin el gato no pudo escapar de una pisotada en la cola que le hizo saltar hasta el más alto placard que sólo tenía metro y medio de altura.

― ¡Ya llegue!—Grita la joven mientras corre hacia su cuarto en busca de su familia.

Cuando Ikalia abre la puerta de la habitación, encuentra a su madre con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, sentada junto a la cama donde su hermana estaba tendida. La piel de Aria estaba al descubierto. Ikalia nunca la había visto a sin sus vendajes, se podía ver los pedazos de piel que se desprendían de su pequeño cuerpo mostrando la carne viva. Ella queda inmóvil, con la boca habierta sin poder pronunciar una sola palabra.
― ¡Hija!—Dice su madre mirándola sorprendida, mientras intenta borrar las lágrimas de su rostro y oculta las heridas de Aria con la manta―. ¿Cómo te ha ido? Seguramente tendrás mucha hambre después de haber caminado tanto, iré a calentarte la comida.
Lilia se levanta rápidamente y sale de la habitación sin poder ver el rostro de su hija. Ikalia se acerca lentamente a su hermana, se sienta en la cama junto a ella y la observa. Aria comienza a despertar.
—Hermana, ¿Cómo te ha ido en la escuela hoy?― Dice con una vos débil, como si estuviera juntando muchas fuerzas para hablar.
—Shhh no hables descansa que estás muy débil. Mira lo que te traje―Saca de su mochila la muñeca de porcelana— Feliz cumpleaños Aria.
La mirada de Aria cambia por completo. Su rostro pálido se ilumina por un instante, sus labios se abren de punta en punta mostrando una gran sonrisa.

― ¡No lo puedo creer! ¡Cumpliste con tu promesa! ¡Es hermosa!

Ikalia no pudo resistirse, se le acumularon las lágrimas tras los párpados. Miró a un lado para que no la viera llorar. ¿Por qué el destino era tan cruel con ella? -Se preguntaba- ¿Por qué Dios dejaba que una niña inocente sufriera de ese modo? ¿A caso El odiaba a esa familia? ¿Qué podría hacer ella? Tan sólo tenía trece años, aun era muy chica para estudiar medicina…

—¿Por qué lloras hermana?
—No es nada, sólo estoy feliz de que te haya gustado—Dice con una voz quebrada y una leve sonrisa en su rostro.
—¿Cómo no gustarme? Me lo compraste tú.

En ese momento Ikalia oye entrar a su padre y sale de la habitación para saludarlo. Pero cuando se acerca al comedor ve a su madre hablando con él.

― Ya no hay más nada que hacer —dice Lilia con una voz frágil y con los ojos llenos de lágrimas― el doctor vino esta mañana, dice que ya no que queda más tiempo de vida.
—Tranquila, superaremos esto― Intenta alentarla Jhon mientras le da un abrazo. Pero Lilia no puede ver como las lágrimas de su esposo se desprenden de su rostro, Ikalia sí.

—¿Tiempo de vida? ¡No, no puede ser! ―Piensa—. Tiene que haber una forma.

Entonces recuerda el frasco que tenía la muñeca, corre a su habitación, abre la mochila y lo saca.
― Toma— Le dice a su hermana que yacía durmiendo― Esto te devolverá la salud— Dice mientras levanta su cabeza y le da de beber del frasco.

Aria abre lentamente sus ojos, Ikalia la mira emocionada esperando a que se recupere por completo... pero no fue así. La piel de Aria queda completamente blanca, su rostro se desfigura mientras que sus pupilas giran hacia los lados. Ikalia se queda estupefacta, se asusta y retrocede rápidamente tirando la silla y dejando caer el frasco que luego se rompe en pedazos. Lilia oye los ruidos y corre hacia la habitación y se encuentra con una horrible escena. Ikalia estaba tirada en el suelo, con su rostro pálido mirando a su hermana, Lilia desvía la mirada hacia la cama y ve a Aria tendida en la cama con la boca abierta, sus ojos blancos al igual que su piel...

― ¡LA MATASTE! ¡LA MATASTE! —Grita horrorizada mientras hundía sus dedos en la piel de la niña y la sacudía.
― Y-y-yo…

Ikalia no podía pronunciar una sola palabra. Su padre entra a la habitación, ve a Aria muerta y queda espantado. Lilia golpea a su hija en el rostro y luego se desmaya.

― ¡QUE HAS HECHO!— Grita su padre.
Ikalia no logra haccer más que levantarse y escapa de la habitación. Desesperada sale huyendo de su casa corriendo en dirección al bosque…

lunes, 20 de agosto de 2012

Los reyes de la arena - George R. R. Martin Análisis y Comentario:


La historia esta ambientada en el futuro, en un planeta que no es la tierra. Trata de Simon Kress un acaudalado “ser” de negocios que tiene una obsesión por coleccionar animales extraños. No sólo extraños, sino también salvajes carnívoros. En mi opinión, es un sadomasoquista cruel y mezquino que se complace en ver el sufrimiento de sus animales dejándolos sin alimento para luego contemplar como se devoran unos a otros (como en el caso de las pirañas). Cansado de los mismos animales de siempre, Kress emprende la búsqueda de nuevos animales raros. Es allí cuando descubre a estos “Reyes de la Arena”, seres inteligentes  que tienen la capacidad de colonizar con la particularidad de buscar un Dios y adorarlo. Podría interpretar esta parte como los dos lados de la cara del ser humano, por un lado somos seres colonizadores e  inteligentes que tienen la necesidad de creer en algo y adorarlo; y por otro lado seres crueles que disfrutan de la violencia y el sufrimiento de otros.
Como a cualquier ser humano autosuficiente y soberbio, lo que más le llamó la atención a Kress es la posibilidad de ser Dios, pero no un Dios bueno y complaciente sino uno cruel y castigador que busca únicamente su propia diversión. Wo le da una única advertencia, alimentarlos bien, pero justamente es lo que desde el inicio él no estaba acostumbrado a hacer. Así que lo que hace es todo lo contrario, para disfrutar como se matan por comida. ¿Podría comparar esto con las personas que disfrutan viendo como matan a los toros o a aquellos que hacen shows de peleas de animales etc.? Definitivamente al ser humano le gusta ver sangre, peleas y muerte.
Todos sus amigos están felices de los shows que él ofrece en su casa, menos Cath, su ex. Al parecer Simon no era, o no aparentaba, ser lo que es ahora. En algún momento de su vida Simon era distinto. ¿Qué habrá hecho un ser cruel como él para enamorar a una mujer sensible  y enamoradiza como Cath? ¿Será que Cath representaba la conciencia y el lado “cariñoso” del hombre, que Kress lo cauterizó alimentando cada vez más su lado malvado? El fin de su relación con ella fue cuando el shambler, la mascota de Kress, se come a la amada mascota de Cath, supongo que es ahí donde ella se da cuenta de que era, como todo lo que poseía Kress, sólo un objeto para su satisfacción. ¿Por qué Cath habría tenido esperanzas de que él cambiara?. De todas formas pareciera ser que Kress fue el que terminó con la relación y no ella.
Wo también estuvo allí, para advertir a Kress sin éxito. Uno podría preguntarse por qué ella no hizo nada para detener a Simon. ¿Será que ya sabía lo que él iba a hacer y quería darle una lección? ¿O sólo respetó el hecho que eran sus mascotas y él podía hacer lo que quería con ellas?
Los reyes de la arena comenzaron a tallar en sus paredes a un dios bueno, y luego lo transformaron en lo que en realidad era, uno cruel y despiadado. Esto debió lastimar el orgullo de Kress quien decide tomar represarías al respecto. Tal cual lo haría in hombre de mucho poder hoy en día.
El problema surge cuando la Cath, escandalizada por el espectáculo de las luchas, lo denuncia ante las autoridades. Kress, en modo de venganza decide repetir el mismo acto que llevó la ruptura de su relación con ella, le entrega a los Reyes de la Arena un perro igual al que Cath amaba para que se lo devoren, graba el combate entre el perrito y los reyes de la arena y se lo envía.  Esto provoca a Cath, quien vuelve a su casa para terminar con su crueldad y destruye el terrario a costa de su propia vida. Es este momento en donde Kress se da cuenta demasiado tarde que su poder no es como imaginaba, que su control sobre los reyes de la arena no es el suficiente. Ya no era el Dios que podía controlar todo, nunca lo fue. Los seres que lo adoraban se vuelven ahora en su contra, conscientes de que pueden matar al dios cruel que fue fuente de tanto sufrimiento. Ahí es cuando él se da cuenta de su debilidad, cuando empieza a sentir sudor en su cuerpo, a temblar de pánico, a ver que todo se escapa de sus manos. Los reyes de la arena demuestran no ser unos simples bichos raros. Eso me recuerda a los hombres revelándose ante los tiranos como Kress. A diferencia de que estos seres son el resultado de lo que él había hecho con ellos. “Simplemente a su imagen y semejanza” ¿Muy bíblico no?
El final no es inesperado, Simon Kress el poderoso, termina siendo devorado por su criatura, los anaranjados  son quienes finalmente acaban con su vida ¿qué ironía no? Justamente los que él había despreciado. La revelación de que Shade era un rey de la arena podía verse desde un principio. Lo que me asusta es pensar en un mundo lleno de estos seres inteligentes, todos igual que Kress… ¿No esta pasando eso en nuestro planeta actual?...